jueves, 28 de septiembre de 2017

De Huacas y huaqueros


La palabra “huaca”, en idioma quechua, tiene el significado de un lugar sagrado, un templo. Sin embargo, en la actualidad define a aquellos sitios arqueológicos donde se encuentran restos de tumbas preincaicas o incaicas. 
De “huaca” se ha derivado el verbo huaquear, que significa saquear el contenido de los restos arqueológicos por personas inescrupulosas dedicadas al comercio ilícito de bienes culturales, huacos entre otros. 
Huaquear ilícitamente significa impedir para siempre rastrear un pasado, una identidad y una memoria cultural que son necesarias para conocer y comprender las diferencias culturales y para revelar los secretos del pasado. 
A estos saqueadores se les denomina huaqueros. Ligados al hampa, venden el producto de sus excavaciones a las mafias nacionales e internacionales de compraventa de objetos artísticos obtenidos ilícitamente. 
Se conoce como guaquero o huaquero, a la persona que busca los entierros indígenas, también llamados guacas o huacas, para beneficiarse económicamente de sus hallazgos. Usualmente, sus métodos de excavación son destructivos, impidiendo un estudio arqueológico posterior de la tumba saqueada. 
La guaquería o huaquería ha dilapidado ampliamente los patrimonios históricos y culturales de los países en los que tiene lugar, generando un perjuicio general para la sociedad. 
El guaquero o huaquero basa sus búsquedas en métodos arcaicos y, a veces, metafísicos. El huaquero tradicional de América latina, es una persona que utiliza sus intuiciones, y al estilo de los chamanes, pone al servicio de la búsqueda de entierros sus pretendidos conocimientos de la vida de los espíritus. Muchos de ellos carecen de conocimientos académicos e históricos, pero con sus condiciones personales y usando métodos como los detectores de metales, el péndulo de radiestesia, las varas de helecho, etc., dicen llegar con precisión a los objetivos por ellos seleccionados. 
Según los entendidos, anualmente son extraídos ilícitamente y exportados del Perú unas veinte mil piezas arqueológicas por año, lo que conlleva un constante peligro para la preservación del patrimonio cultural.La ley señala que los bienes culturales no descubiertos, integran el Patrimonio Cultural de la Nación, y los que fueran descubiertos en predios de propiedad privada, son propiedad del Estado, pues se busca proteger el pasado común de todos los peruanos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario