Por Adrian Abreus González.

El vídeo y la televisión como medios audiovisuales ofrecen un número considerable de ventajas en la enseñanza de cualquier disciplina y en su aprendizaje, por cuanto permiten desarrollar un proceso de adquisición de conocimientos más cercano a la realidad y por tanto más objetivo, que despierta en los estudiantes el interés y la curiosidad durante el estudio.

Mediante este artículo nos proponemos reflexionar acerca de la influencia que, tanto el uso de uno como del otro, ejerce en el Proceso Docente Educativo una vez puesta en práctica su aplicación como medios indispensables para reflejar cualquier tipo de manifestación artística.

La Televisión y el vídeo, precisamente por ser medios de infinito alcance, permiten que el estudiante disfrute el aprendizaje, el que a su vez es presentado en determinados contextos, dígase teatrales o musicales. Mediante su empleo, el significado de lo que se observa y escucha se comunica mejor que en otros medios a partir del uso de la información en su forma auténtica, lo que motiva a los estudiantes y ayuda a los mismos a aplicar conceptos básicos relacionados con el arte en su accionar cotidiano. La observación de situaciones que ocurren en el contexto teatral, musical, danzario o de la plástica permite que se adquiera de forma más dinámica la materia.

El poder de representación de la información almacenada en un vídeo clip, tales como el drama o diálogo o documental, permite su presentación en reiteradas ocasiones, lo que facilita que los contenidos puedan ser repetidos sin sufrir variaciones o cambios en el contexto, expresiones no verbales o contenidos que se presentan, además de servir de modelo de enseñanza y punto de partida para las actividades que se desarrollan en el aula.

La implicación de estos medios en la enseñanza artística viene a estar dada mediante el empleo del videoarte.

¿Qué es el videoarte y cómo influye en la enseñanza artística?

El videoarte es un tipo de arte en el que se utiliza información de vídeo o audio que en ninguno de los casos debe ser confundido con la televisión o el cine experimental. Este tipo de representación de la información nace como tal en los años sesenta, aunque alcanza su auge a finales de esta década y la del setenta. Su aparición está registrada simultáneamente en Europa y los Estados Unidos y aporta como material de base una cámara electrónica unida a un magnetoscopio, que a su vez, está unido a un monitor que transmite de forma instantánea la imagen filmada.

El videoarte aparece como una exploración de la naturaleza del video, como forma de creación artística, autónoma y específica. Este sería la forma más pura y natural del vídeo en la medida que implica una percepción subjetiva del espacio-tiempo a través de la tecnología de la imagen electrónica.

Nam Jun Paik fue un precoz exponente del videoarte, quien en su primera exposición en el año 1963, presenta trece televisores separados que exhiben un desorden de latidos y rayas de materia electrónica sin incluir ninguna imagen real; por lo que determina los ejes mayores de este nuevo arte: experimentación a partir de elementos mecánicos del aparato, destrucción de la maquinaria televisiva popular y cuestionamiento del papel del teleespectador en la sociedad comunicativa.

Una de las diferencias fundamentales entre el videoarte y el cine es que el videoarte no necesariamente cumple con las convenciones del cine, éste puede no emplear actores, diálogos; puede no tener una narrativa o guión, u otras convenciones que distinguen al cine y son características generalmente de películas diseñadas con fines de entretenimiento.

Con la ampliación de las potencialidades del video en los años setenta, también se amplían incesantemente los límites de empleo del videoarte, el que poco a poco ha ido ganando terreno en su reconocimiento museológico, a pesar de estar todavía generalmente excluido de las cadenas oficiales de difusión, lo que ataca directamente su componente contracultural.

En resumen, el videoarte es un soporte de expresión artística en el contexto contemporáneo, que como medio de comunicación permite introducir propuestas artísticas dentro de su formato, así como antes se empleaba el lienzo, la pintura, el pincel… este aporte de la nueva tecnología es presentado como un medio para las expresiones del arte.